Es uno de los destinos turísticos preferidos de los ingleses, pero guarda consigo un sin fin de historias vergonzosas y de mal gusto. Sexo, drogas y alcohol, la frase cliché que describe lugares como estos, es exactamente lo que pasa aquí. El descontrol es tanto que estas fotos valen más que mil palabras, así que véanlo por ustedes mismos.
Magaluf (Mallorca, España).
Para todo aquel loco empedernido que quiere olvidarlo todo y por un momento poner en pausa su vida para disfrutar hasta la “muerte”… este es el lugar perfecto.
Y es que, aunque la noche comienza de la mejor manera, al día siguiente todo es simplemente vergonzoso.
Cada año se reúnen miles de jóvenes y disfrutan de las alegres calles y los cientos de locales para beber y pasarlo bien. Es el paraíso de todo aquel que le guste la fiesta.
Los vecinos del lugar viven todo el año tranquilos, pero apenas llega verano se desata el infierno del que muchos prefieren huir lo más pronto posible.
Aquí, hay olas de drogas y sexo en la vía pública.
La mala fama de Magaluf comenzó en 2010, cuando miles de británicos descubrieron este lugar de mar azul y playas calientes. Lentamente lo convirtieron en el destino favorito para el verano.
Y todos estos años, el Gobierno español no había nada para regular a todos estos aventureros que se exceden una y otra vez. Este año (2017) por fin pusieron a cientos de policías en las calles para patrullar cada bar y discoteca que hay en el lugar.
Aún así, el descontrol lo puede todo.
Hoy, hay un grupo de Facebook llamado “Magaluf Walk of Shame” y muestra el después de todo aquel que va a festejar a esta hermosa playa.
En los últimos 7 años, la Policía ha tenido que expulsar a miles de personas por excederse, y la gran mayoría provenían de Inglaterra.
Los términos que más se escuchan por Punta Ballena, el lugar que reúne a las masas son balconing (pasarse de balcón en balcón para encontrar alcohol), droga caníbal, pubcrawling (movilizarse por toda la ciudad en busca de los mejores bares) y mamading (sexo oral)
Como les dije, las fotos valen más que mil palabras.
Definitivamente… el Paseo de la Vergüenza.
