40 adultos sanos, 17 mujeres y 23 hombres, entre los 18 y 63 años de edad, fueron examinados usando ultrasonido –fueron grabados mientras estiraban sus nudillos para hacer sonar sus articulaciones. Éstas, en el campo de la medicina, se conocen como las articulaciones metacarpofalángicas.
Entre los pacientes examinados habían 30 que hacían esta acción a diario, conscientemente o no, y solo 10 de ellos mencionaron que no tenían este hábito.
Los que sí solían hacerlo, lo practicaban muy a menudo –incluso 20 veces al día.
Usando pequeñas sondas, los ortopédicos monitorearon a los pacientes mientras hacían crujir sus nudillos.
“Lo que vimos parecía una explosión de fuegos artificiales. Fue una revelación inesperada -dijo Robert Boutin, catedrático de radiología de la Universidad de California”
“Han existido varis teorías durante los años y una buena cantidad de controversia sobre lo que pasa en las articulaciones cuando crujen. Estamos seguros de que el crujido y el destello brillante visto con ultrasonido están relacionados con los cambios dinámicos en la presión, asociados con una burbuja de gas en la articulación”
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