Cómo saber si tu relación de pareja va bien

Hay tantos tipos de relación como colores hay en el mundo. Hay parejas que tienen un gran comienzo pero ese amor se desvanece de repente, pero también hay otras relaciones que son capaces de salir reforzadas de las adversidades. De esta manera, las dificultades les harán estar más unidos y tener una conexión estable y duradera. Pero, ¿cómo puedes saber si tu relación de pareja va bien?
Pero, ¿por qué unas relaciones duran y otras se mueren rápidamente? Según el psicólogo John  Gottman -con más de 40 años de experiencia investigando relaciones de pareja- la mayoría de las rupturas no se generan en base a grandes diferencias de opinión, sino por la incapacidad de comunicar asertivamente y con respeto estas opiniones. Dicho de otra manera, no es la falta de coincidencias sino la incapacidad comunicativa lo que termina con las parejas.
Para el Dr. John Gottman el mejor lugar para investigar la dinámica de una pareja son sus lugares cotidianos, dentro de sus ambientes habituales a los que llama “Laboratorios del amor”. Afirma que él y su equipo han visto tantos casos que, con tan solo cinco minutos de observación y escucha, son capaces de hacer un pronóstico sobre la continuidad de la pareja.
“Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.”
-Tácito-

Gracias a todos los hallazgos realizados en estas investigaciones, hoy en día podemos tener en cuenta algunas señales que te ayudarán a saber si tu relación de pareja va por buen camino. Esperamos que te sirvan y te ayuden a reflexionar.

Te quejas, pero no criticas

Tus quejas pueden ser sobre lo que ocurre, de manera que no culpabilices a tu pareja de lo que está ocurriendo. Es necesario no quejarse contra el otro y empezar a buscar soluciones en cuanto se percibe algo como negativo para que la situación no se vuelva demasiado inestable.
Es muy importante también que nunca se critique el carácter o la personalidad de la pareja, ya que esto puede hacer un daño muy profundo en el corazón. Algo que sin duda puede ir marchitando poco a poco la planta del amor.
Por ejemplo, si tu pareja se ha olvidado de pagar una multa de tráfico a tiempo, le han penalizado y ahora la multa es más cara, puedes abrir un debate con ella sobre lo que ha sucedido. Sin embargo, cuando lo hagas no saques de paso una colección de acciones que también ha hecho mal porque tu queja, aunque con buena intención, puede trasformarse en una crítica terriblemente destructiva.
“Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.”
-Sam Keen-

Es necesario conectar con uno mismo y trabajar la buena comunicación para convertir esto en un hábito. Esto hará que se refleje el respeto por el otro, algo que sin duda fomentará una relación de larga duración. Si no sabes cómo hacerlo, podéis hacer un pequeño ejercicio durante unos días. Intenta tratar a tu pareja como si fuera alguien que acabas de conocer y te ha gustado, pregunta aunque ya sepas parte de la respuesta y escucha de manera activa.
… ¡te sorprenderás de los cambios que empezarás a ver en vuestra relación!

No eres despectivo con tu pareja ni sientes que lo sea contigo

El amor es universal pero al mismo tiempo tiene que ser propio y único para los corazones que lo comparten. Uno de los primeros aspectos donde las parejas muestran que se han enamorado es en el lenguaje. Eso que desde fuera nos puede parecer cursi, forma parte del pegamento del amor y su desaparición es uno de los primeros indicadores de que una pareja está en crisis.
Ya no porque se dejen de utilizar determinadas palabras, determinadas formas de referirse el uno al otro, lo que antes cambia es la manera en la que se dice. Incluso estas referencias cariñosas se pueden llegar a cambiar por insultos, desprecios, miradas de odio o comentarios hirientes.

“Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.”
-Françoise Sagan-

A veces con toda la intención del mundo y otras sin medir las consecuencias, lo cierto es que un lenguaje destructivo poco a poco va a generar un resentimiento que después no va a ser fácil de identificar y aún menos de curar. Por mucho que sople y sean palabras, el viento no se lleva los ataques personales, ni las recriminaciones envenenadas, ni los insultos. Éstas frases dejan una huella tan profunda que merece la pena hacer el esfuerzo de aplicar medidas preventivas antes que reparadoras.

fuente: La mente es maravillosa

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